Un agradecimiento sincero Sebastián López García Era viernes, era más de medio día y las nubes cubrían al sol. Iba caminando, con rumbo a la parada de camiones más cercana. Había sido un día cansado, tenía hambre, tenía sueño, solo quería llegar a casa, comer, y dormir todo lo que quedaba de luz de aquel día. El semáforo marcaba el color verde, una mujer de edad avanzada esperaba, la verdad se veía indecisa y sus manos trataban de agarrar firmemente su bastón, más no le era posible, sus manos temblaban. Me acerqué y le pregunté si necesitaba ayuda, “Gracias joven”, me tomó del brazo y cruzamos. Con lentitud se volteó y me dijo que ya casi no existen hombres así de caballerosos, no sabía exactamente qué responderle, solo pude soltar un sincero “Gracias”. Di unos pasos y ella desapareció. Lo que restaba de camino a casa fui pensando, jamás alguien me había agradecido esa cualidad, o más bien, jamás había sentido que estaba haciend...